En una zona tranquila de Labenne Océan, se beneficiará de tiendas, restaurantes y diversas actividades cercanas como balneoterapia, parque acuático, circuito de bicicleta de montaña y otras.
Respaldada por un bosque de pinos marítimos y alcornoques, la playa de Labenne, abierta al Océano Atlántico, se extiende a lo largo de tres kilómetros con una superficie total de 11 hectáreas.
Aguas arriba, la duna y su vegetación desempeñan un papel fundamental a la hora de proteger el litoral interior y evitar así la progresión de la arena.
Tomando la única carretera o carril bici que conduce a la playa, se llega a la explanada que domina el océano.
Dudamos entre el calor de la arena que invita al descanso y los baños de mar que invitan a la relajación con su espuma yodada o tonifican gracias a las olas que actúan como una auténtica “talasoterapia” natural.